El verano es una época maravillosa para disfrutar del sol, la playa y las actividades al aire libre. Sin embargo, para quienes padecemos de piel atópica, esta temporada puede representar un verdadero desafío. La combinación de altas temperaturas, exposición solar y cambios en la humedad pueden agravar los síntomas de la dermatitis atópica en verano, haciendo que el cuidado de nuestra piel sea más crucial que nunca. Por ese motivo, en este artículo de Avena Kinesia exploraremos los factores que influyen a la piel atópica en verano y ofreceremos consejos prácticos para mantenerla saludable y protegida. ¡Vamos allá!
Factores que influyen en la dermatitis atópica en verano
Durante la época estival, varios factores ambientales pueden desencadenar o empeorar los brotes de dermatitis atópica en verano. A continuación, te detallamos los más comunes:
- Sequedad del ambiente: aunque el verano suele ser más húmedo que otras estaciones, el uso constante de aire acondicionado puede resecar el aire en interiores, lo que puede llevar a una mayor sequedad de la piel.
- Humedad: por otro lado, la humedad excesiva puede causar sudoración, lo cual puede irritar la piel atópica y desencadenar picores y brotes.
- Sol: la piel atópica y el sol no se llevan muy bien. La exposición directa al sol, aunque en pequeñas dosis puede ser beneficiosa, puede causar quemaduras y empeorar la condición si no se toman las precauciones adecuadas.
- Agua de mar y piscina: el cloro de las piscinas y la sal del mar pueden ser irritantes para la piel atópica en verano, causando sequedad y picores.
Piel atópica y sol
La exposición al sol es un arma de doble filo para quienes tenemos piel atópica. Por un lado, el sol puede tener efectos beneficiosos, como la producción de vitamina D y la mejora temporal de los síntomas en algunos casos. No obstante, es esencial tomar precauciones para evitar efectos negativos:
- Quemaduras solares: la piel atópica en verano es más sensible y propensa a quemarse bajo el sol. Las quemaduras solares no solo son dolorosas, sino que también pueden agravar la dermatitis atópica.
- Fotodermatitis: algunas personas con piel atópica pueden desarrollar una sensibilidad extrema a la luz solar, conocida como fotodermatitis, que puede causar erupciones y picor intensos.
- Envejecimiento prematuro: la exposición prolongada al sol sin protección puede acelerar el envejecimiento de la piel, lo que es especialmente preocupante para las pieles ya dañadas o debilitadas por la dermatitis atópica.
- Hiperpigmentación: la exposición al sol puede causar manchas oscuras y una pigmentación irregular en la piel atópica, lo que añade una preocupación estética además de los síntomas habituales.
- Deshidratación cutánea: el sol puede deshidratar la piel, provocando una mayor pérdida de agua que agrava la sequedad y el picor característicos de la piel atópica.
En definitiva, para proteger nuestra piel del sol, es vital usar protector solar de amplio espectro con un alto factor de protección, recomendable SPF 50 o más, aplicarlo generosamente y reponerlo cada dos horas o después de nadar o sudar.
Cuidados de la dermatitis atópica en verano
Mantener la piel atópica saludable durante el verano requiere de una rutina de cuidados concretos. A continuación, te damos algunos consejos básicos:
- Hidratación constante: Aplica la crema hidratante de avena varias veces al día, especialmente después de ducharte o nadar. La avena es un ingrediente natural excelente para la piel atópica debido a sus propiedades calmantes e hidratantes. La fórmula de Avena Kinesia está diseñada para proporcionar una hidratación profunda y duradera, reforzando la barrera cutánea y aliviando la sequedad y el picor característicos de la piel atópica.
- Baños cortos y frescos: Evita baños largos y con agua caliente, que pueden resecar la piel. Opta por duchas cortas con agua tibia y usa jabones suaves, como el gel de baño, que contiene avena natural para limpiar suavemente sin dañar la barrera protectora de la piel. Este gel ayuda a calmar la piel y reducir la irritación, dejando una sensación de frescura y suavidad.
- Alimentación adecuada: Además de consumir alimentos ricos en vitaminas A, B y C, es fundamental cuidar la piel desde fuera. La leche corporal enriquecida con avena y antioxidantes naturales, apoya la regeneración de la piel, favoreciendo la producción de colágeno y elastina, elementos clave para mantener la piel elástica y protegida frente a los agentes externos.
- Ropa adecuada: Usa ropa ligera y de algodón para permitir que la piel respire y evitar el sobrecalentamiento y la sudoración excesiva. Completa este cuidado con el bálsamo corporal, que no solo hidrata profundamente sino que también crea una capa protectora que ayuda a reducir la fricción de la ropa y mantener la piel calmada durante todo el día.
- Protección solar: El uso de un protector solar adecuado es crucial. Después de exponerte al sol, puedes aplicar la crema para restaurar la hidratación de la piel y aliviar posibles irritaciones causadas por la exposición solar. Su fórmula con avena ayuda a calmar y regenerar la piel, lo que la hace ideal para el verano.
- Evita el rascado: Mantén las uñas cortas y, en caso de picor intenso, aplica productos específicos como el bálsamo reparador, que proporciona un alivio inmediato gracias a su contenido en avena coloidal y su capacidad para reducir el picor y las rojeces. Además, es perfecto para pieles atópicas, ya que repara la barrera cutánea y calma las áreas más afectadas por el picor.
Cuidar de la piel atópica en verano no es tan difícil
Como has podido comprobar, el verano puede ser un desafío para quienes padecemos piel atópica, pero con los cuidados adecuados, podemos disfrutar de esta temporada sin mayores inconvenientes. La clave está en mantener una rutina de cuidado constante, proteger nuestra piel del sol y mantenerla bien hidratada. Además, la avena puede ser nuestra aliada contra la dermatitis atópica en verano, gracias a sus propiedades calmantes y protectoras. Por último, no olvidemos que cada piel es única, por lo que siempre es recomendable consultar con un dermatólogo para personalizar los cuidados según nuestras necesidades.